¿Listo para hablar español y hacer un viaje a nuestro mundo?

Es el primer día de clases, el día 1, o incluso el día 0 porque ese día no iniciamos el programa aún. Ese día nos presentamos. Ese día nos conocemos.

Ese día estamos llenos de expectativas y de preguntas. Pero no de preguntas sobre el español, preguntas, inquietudes sobre el otro. Yo, la profesora, sobre el estudiante, y él o ella, sobre mí. ¿Cómo será? ¿Le gustaré yo? ¿Le gustarán nuestras clases? ¿Será curioso, interesado y responsable? ¿Será simpático o simpática? ¿Le entenderé? ¿Me entenderá? ¿Tendrá familia? ¿Cómo será su trabajo? ¿Habrá viajado mucho? ¿Sabrá otras lenguas?

Cualquier tipo de preguntas tenemos en nuestra mente el primer día de una clase de idiomas. Sabemos que será una relación de mucho tiempo, una relación muy personal. Una relación en la que nos descubrimos día a día, nos desnudamos. Sí. No literalmente, claro. Pero estamos allí el uno para el otro, dando lo mejor de nosotros. Renunciado al miedo, a la vergüenza, a la idea del fracaso, entrando en un camino desconocido y con un desconocido.

Les juro que es como una cita de amor a ciegas, pero en lugar de ir a un restaurante nos encontramos en un aula de clases, algunas veces virtuales. No no, es peor que en una cita a ciegas, porque antes hacemos un contrato de convivencia por más de este primer encuentro.

En este artículo quiero compartir contigo dos de nuestras estrategias para que esa primera cita te deje con el sabor de desear la segunda, y la tercera, y la cuarta….

Por un lado, es que sabrás que lo importante no es la meta en sí, me refiero a que sean fluido. Desde el primer momento lo importante es tu progreso en el momento, de allí nuestro nombre: Presente Perfecto. Spanish In Action.

Por eso:

  1. Te saludamos con una sonrisa diciendo: Buenos días Brittany, bienvenida. Partamos de que es un curso individual, pero es una rutina similar si es en grupo. Allí vemos que tu sonrisa empática, expresa también tu primera pregunta ¿qué es bienvenido? No sabes qué significa, pero te sientes bienvenido. Allí comienza nuestra primera lección: la lengua es para saberla, pero sobre todo es para sentirla.
  2. Te hacemos saber de inmediato que eres el protagonista. ¿Cómo te sientes? Te preguntamos en tu lengua y abrimos un espacio para presentarte en ella, mientras reforzamos empáticamente tus adjetivos diciéndolos en español. Entusiasmado, nervioso, feliz son apenas algunos.
  3. Presentarme es el siguiente momento. Mi nombre. Lo digo, lo escribo, les pido repetirlo. Y les hago saber que tal vez sea la palabra en español que más usen en este curso pues podrán interrumpirme, preguntarme, pedirme algo, llamarme las veces que quieran. Les digo de dónde soy, cómo es mi familia, y qué cosas me gustan. Entre español y la lengua de ellos, generalmente el inglés que es nuestra lengua más frecuente de mediación. Escribo algunas palabras en el pizarrón para que tengan la referencia y la identifiquen pronto. Venezuela es una que siempre está. Lingüística, teatro, literatura, familia, son también infaltables.
  4. Te pido hablarme de ti. Y así mismo voy reforzando tus ideas con palabras que repito en español, sólo algunas, y que también escribo en el pizarrón. Hay rápida conexión cuando ves que al presentarte en tu lengua si aprendes un mínimo de vocabulario que ya te estoy ofreciendo, podrás presentarte pronto en español. Trabajo, perro, caminar, viajar son muy frecuentes en esa primera conversación.
  5. Confesamos nuestras expectativas. Lo hacemos básicamente para seguir enamorándonos de la dinámica y reconociendo que es posible aprender y hablar español desde el primer día. Hacemos el juego del YO ESPERO. Escribo una lista de lo que yo espero y él o ella espera. Nos intercalamos turnos. Generalmente digo: disfrutar, enseñar, aprender, dar, recibir, ser puntual, ser creativa…Generalmente dicen (en inglés y yo lo escribo en español): aprender, hablar, disfrutar…Y yo pregunto: ¿Y ser puntual? ¿Y hacer las tareas? ¿Y practicar? Y entonces aprenden vocabulario, a usar el sí, y entre los dos dejamos expectativas y normas claras y escritas en español.

Luego, les digo que vamos a conocer un poco el programa. Pero porque nuestra promesa y creencia es hablar español desde el primer día, y por eso nos caracteriza la inmersión, antes les ofrezco un pictograma con frases en español para preguntar. Un pictograma de nuestra editorial Difusión, que nos encanta, y que adjuntamos aquí por si quieren usarlo también.

Hacemos una práctica donde yo hablo muy muy muy rápido para provocar la pregunta ¿Puedes hablar más lento por favor? O donde yo hablo muy muy muy bajo para provocar la pregunta ¿Puedes hablar más algo por favor?

Desde ese momento, cada vez que quieran preguntar o pedir algo les oriento ir al pictograma y hacerlo con la oración conveniente.

Listo. Están hablando español, aunque usemos también el inglés muchas veces. Comienza a sembrarse la idea desde el primer día de que el inglés es sólo un bastón, un intruso bienvenido. Pero el anfitrión es el español que desde ya nos da la bienvenida a un aula que simula un nuevo mundo.

No hay forma así de que nuestra primera cita, nuestra primera clase de español, no sea una de confianza, valoración y respeto. La primera de muchas.

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